Juan Carlos (Alberto Olmedo), brillante ejecutivo y seductor por vocación, se enamora como un novato de María (Nadiuska), la hermosa modelo que lo salvó de un gran compromiso comercial con un cliente importante y difícil. Ella le corresponde y se casan. Segismunda (Olga Zubarry), su flamante suegra, molesta con él por un incidente trivial, se venga revelándose, en un fingido arrebato de sinceridad, que María no es hija de su marido Homero (Pepe Calvo), sino de un desconocido con quien tuvo un encuentro fugaz en la oscuridad de un camarote ferroviario. Esa aventura le ocurrió realmente a Juan Carlos y Segismunda la conoció por casualidad, pero él queda aterrado y aunque es su noche de bodas ni se atreve a mirar a María creyendo que es su hija. Para colmo de males ella toma su nerviosismo con timidez y comienza a asediarlo, cada vez más tentadoramente, llevando al pobre novio al borde del colapso. Como esta situación se prolonga y se complica con la aparición de algunas hermosas modelos, María se enfurece y anuncia que pedirá el divorcio. Segismunda que gozaba con su broma comienza a asustarse viendo que las cosas fueron demasiado lejos.